Durante 8 años junto a los demás destacados dirigentes que nos han acompañado en la dirección del Partido Dominicanos por el Cambio, hemos  hecho todo el esfuerzo para lograr su crecimiento y mantenernos al lado del pueblo en sus luchas por lograr una mejor calidad de vida de nuestra gente. Avanzamos, nuestro Partido pasó de la casilla 21 a la 10, logrando que importantes dirigentes alcanzaran las posiciones de diputado al Parlamento Centroamericano, regidores y vocales en distintos municipios del país, quienes, en su gran mayoría, hoy se encuentran al servicio de las mejores causas.

Hace apenas un cuatrienio en la celebración de las II Asambleas propusimos y fue aprobado, que las principales autoridades del partido no debían permanecer en la misma posición por más de dos (2) períodos consecutivos, hoy vengo a hacer honor a mi propuesta.

A diario la población le critica a los políticos la falta de coherencia y que no mantienen la palabra empeñada; al no inscribirme para optar nuevamente por la presidencia del partido, estoy dando una muestra palpable de que pienso mantenerme como un hombre coherente y a la vez  honrar mi palabra.

Lo hacemos porque creemos en la alternabilidad, en darle la oportunidad a otros dirigentes del partido, incluyendo a los jóvenes, a que lleguen a las posiciones de decisión y puedan aportar sus ideas, conocimientos, talento y esfuerzo, y dejar su legado a la Patria, a través del Partido Dominicanos por el Cambio.

Quiero dejar claro, que ni por asomo se interprete, que estoy abandonando la política o dándole la espalda a nuestro partido, que nos ha costado tanto sudor y lágrimas, y mucho menos ser indiferente ante las vicisitudes y calamidades que está pasando el pueblo dominicano.

Me voy a abocar, junto a las nuevas autoridades, a fortalecer el partido, a tener mayor contacto con los grupos sociales (marcha verde) palpando las necesidades más sentidas  que tienen las diferentes comunidades para impulsar y promover un verdadero bloque opositor: ético, coherente y comprometido en base a un programa mínimo de gobierno, con una clara determinación: de enfrentar y resolver el caos y el desorden que impera en los estamentos del Estado.

Trabajaremos juntos y sin descanso para que en el 2020 se produzca un cambio de rumbo en el país y sacar, de una vez y por todas, al gobierno corrupto del PLD del Palacio Nacional.

Estamos ante la presencia de un gobierno desacreditado, desgastado, sin rumbo y  carcomido cada día más por los escándalos de corrupción.

Como es posible que las autoridades vendan a precio de vaca muerta los bienes del Estado, mientras alquilan por sumas escandalosos propiedades de particulares para poner oficinas públicas.

No se explica que se comience la reparación de 53 hospitales al mismo tiempo, sin tener los recursos disponibles, parando su remodelación con los pacientes dentro, o cuando con el tiempo se logra la reparación, entonces no se equipan, o peor aún no se nombran los médicos y el personal necesario para llevar a cabo una buena atención de los enfermos.

Tenemos un gobierno voraz cobrando impuestos, donde sube todas las semanas los combustibles, como si esto fuera poco sigue endeudando de manera irresponsable al país, y para colmo no le paga a los suplidores del desayuno escolar, ni a los pequeños contratistas con deudas atrasadas que han terminado en la quiebra.

Este año, se va a pagar solo de intereses de la deuda, más de 134 mil millones, mientras para inversión pública apenas se van a destinar solo 76,500 millones, es decir gastar un 75 % más en intereses que en obras, peor aún las dos terceras parte de estos recursos serán concentrados en el Gran Santo Domingo, en detrimento de las demás provincias del país, a manera de ejemplo: pese a existir un déficit de un millón de viviendas, los pocos proyectos habitacionales del Estado están realizando en las grandes urbes.

Eso explica porque la provincia de Sto. Dgo. tendrá siete diputados adicionales, debido al crecimiento desmesurado de su población creando grandes cordones de miseria; mientras que Barahona, Monte Plata, Duarte, La Vega, San Juan, San Pedro de Macorís, Espaillat y San Cristóbal, tendrán un diputado menos en el Congreso, motivado a la disminución de sus habitantes, provocado por la inmigración de sus ciudadanos.

No podemos dejar de tocar aquí, lo concerniente a la no aprobación, por culpa de los que manejan a su antojo el Congreso, de las leyes de Partidos y Régimen Electoral.

En torno a la Ley de Partidos, hemos propuesto que se saque el tema de las primarias de ésta, y se deje en libertad a que cada organización escoja el método de acuerdo a sus estatutos internos.

En cuanto a la ley del régimen electoral, planteamos que los temas que no estén consensuados, sean llevados al escenario de la Junta Central Electoral para que, con  los delegados de todos los partidos, se llegue a un consenso en donde quede claramente estipulado, la transparencia de los fondos públicos y privados, la regulación del tiempo de campaña, los debates presidenciales obligatorios, y que se tenga un régimen de consecuencias con castigos ejemplarizadores a la violación de la ley, entre otros. Solo de esta forma se garantiza que acabe el uso de los recursos del Estado en las campañas electorales.

Al conmemorarse el mes de la patria, es obligatorio tocar un tema que está poniendo en peligro la soberanía nacional: el desorden migratorio.

Iniciando por el abandono irresponsable a que está sometida la frontera, donde cruzan sin el más mínimo control,  miles de indocumentados, drogas, armas y contrabando de mercancías. Para colmo ni se hacen las inversiones, ni  crean los incentivos para que los dominicanos de esas provincias, eviten tener que trasladarse hacia la capital u otras ciudades buscando mejor calidad de vida.

El dinero que se desembolse para mejorar la infraestructura y reforzar la seguridad en esta zona, no puede ser visto como un gasto, sino como la mejor inversión en términos sociales y de seguridad nacional. Llegó el momento de dominicanizar la frontera.

Hay que castigar a las mafias que están haciendo fortunas cobrando miles de pesos a cada indocumentado, en complicidad con autoridades que se hacen de la vista gorda en detrimento de la soberanía nacional. Todo el peso de la ley debe caer sobre el que cruza ilegal, pero igual o peor aún sobre quién lo deja cruzar.

Siempre hemos dicho que el mayor violador del Código Laboral en lo referente al 80-20 es el propio gobierno, y para muestra basta un botón, hicieron por administración el proyecto de Boca de Cachón, y más del 90% de la mano de obra utilizada, eran obreros ilegales.

Más aún, nuestros hospitales siguen abarrotados de parturientas indocumentadas, sin que se quiera tomar la determinación de asumir la propuesta que hicimos hace más de una década, que se construyan centros de maternidad y de control epidemiológico de aquel lado de la frontera, como un acto humanitario a las embarazadas haitianas, posibilitando que éstas junto a sus hijos permanezcan en su territorio.

Dominicana, dominicano….. vemos como este gobierno trata de «marear» a la población sobre el expediente Odebrecht: mientras apresuró un acuerdo con la empresa donde ésta se comprometía a suministrar información privilegiada y decisiva para encausar a los implicados locales, el gobierno a su vez en no procesar a dicha empresa, bajo una risible «compensación» de US$192 millones.

Sin embargo, la Procuraduría ha sido lenta e incapaz en el proceso de investigación y presentación de acusaciones de las personas vinculadas, llegando al extremo de solicitar una extensión del plazo, supuestamente esperando pruebas, mientras Odebrecht demandó en los tribunales internacionales al país al pago de US$700 millones adicionales, de la ya sobrevaluada planta de Punta Catalina.

Definitivamente estamos ante la presencia de un Procurador de postalita y una caricatura de gobierno.

Desde aquí emplazamos al Procurador General de la República a que deje sin validez el acuerdo con Odebrecht, ya que ésta ha incumplido el mismo al no entregar ninguna de las informaciones que se comprometió.

Definitivamente, la población entiende que sólo habrá un verdadero régimen de consecuencias, donde se combata la corrupción y termine la impunidad, cuando el Ministerio Público no dependa del Poder Ejecutivo y se sustituyan los jueces políticos que están en las altas cortes.

No podemos venir aquí sin dejar al desnudo a este grupo de farsantes y simuladores de progreso, pero queremos poner claro: somos gente llena de optimismo y esperanza, que apostamos al futuro del país, de la mano de jóvenes emprendedores, de mujeres con espíritu de superación y de hombres de trabajo, con un Estado donde las instituciones promuevan, estimulen y apoyen el desarrollo nacional, que no se conviertan en obstáculo, como en la actualidad, donde la mayoría de las veces sus cabezas compiten de manera desigual, desplazando al comercio y al sector productivo privado.

Debemos abocarnos a propiciar una política del primer empleo, para reducir la deserción escolar y revertir la actual tendencia donde más del 60% de los jóvenes quiere abandonar el país; más aún, abrir el abanico de oportunidades para que aquellos que se encuentren en el exterior tengan la oportunidad de regresar.

De igual forma, aplicar políticas de Estado efectivas que contribuyan a reducir a su mínima expresión el embarazo en adolescentes.

Tenemos el compromiso de enfrentar con responsabilidad el tema de la seguridad ciudadana, que nos permita tener un entorno seguro y donde se establezcan las condiciones para que los miembros de la policía nacional y organismos castrenses puedan tener un desempeño efectivo y protagónico, hasta que se logre devolverle la paz y la tranquilidad a la familia dominicana.

Juguemos todos nuestro rol, asumamos cada uno nuestra cuota  de responsabilidad, hasta que logremos, el país que queremos y merecemos.

Luchemos por una nación donde prime: el amor a la PATRIA, la ACCIÓN en busca del bien común y el ORDEN hasta lograr la paz.

Que Vivan los padres de la Patria!!!

Que viva la República Dominicana!!!

Que Dios me los bendiga a todos!!